Instituto Escuela

Cómo damos la palabra a nuestros adolescentes y jóvenes
Ponencia del colectivo docente del Instituto Escuela al XX Encuentro de Educación Alternativa, Querétaro 2010

Para este XX Encuentro hemos decidido, como colegiado, trabajar el uso que hacemos en el Instituto Escuela del lenguaje, visto como un acto que utiliza un sistema de signos que se combinan y forman palabras que, a su vez, se unen para expresar ideas y pensamientos.

Sabemos que si algo privilegiamos en nuestras escuelas es la palabra, ya que es un elemento ejercitador del pensamiento; en una escuela la palabra tiene valor inicial por que se aprende la correspondencia entre ella, como signo, y la imagen mental que representa. Los primeros pensamientos surgen de las imágenes mentales que se han expresado con palabras y también conforman sensaciones. La palabra sigue un proceso personalizado, adquiriendo significado propio, convirtiéndose en idea; ya sea en el pensamiento, el habla, el escrito o la lectura, la palabra es representación de percepción personal de vida.

La palabra no agota su potencialidad con la comunicación; es vehículo para la expresión, para la organización y explicación del mundo, para la asimilación de conocimientos, medio para el razonamiento y, en síntesis, elemento fundamental para crecer y aprender a vivir.

La palabra desarrolla la habilidad lingüística, humaniza la tecnología, permite descubrir el dato, el equívoco, estimular la corrección, reconocer capacidades humanas, cognitivas, compartir experiencias, saberes, inquietudes, expectativas, emociones. Su presencia es constante y en ocasiones por su propia fortaleza causa temor, de ahí la importancia de ejercitarla con el significado preciso, adecuado.

Es importante que las personas, desde la infancia, aprendan a construir significados y expresar sentimientos para que, a su vez, puedan descubrir nuevas relaciones y conocimientos; pero en este proceso es fundamental aprender a utilizar el lenguaje para distinguir, discriminar, usar con pertinencia, razonar, decidir y expresar identificando contextos.

No habrá una correcta apropiación y asimilación de la palabra a la vida si no se construyen correctamente términos y sentidos, si la palabra no se razona, si no se retoma como parte integral del ser, para saber y para hacer.


La palabra necesaria para la vida diaria

La palabra es esencial para el funcionamiento de nuestra Institución: como medio de comunicación, de relación con el otro, para solucionar conflictos, para identificar problemas, para buscar soluciones, para evaluar logros, para proponer, para protestar, para discutir, para disentir, para acordar, para crear compromisos. La palabra tiene un alto valor y traicionarla es un asunto grave, por ello, somos especialmente insistentes en que la mentira y el doble discurso no tienen cabida (tanto entre adolescentes y jóvenes como entre adultos). Por eso es muy importante que todos los miembros de la comunidad sepan emplearla con corrección y pertinencia.

¿Cómo aprender-enseñar un uso correcto, pertinente y franco de la palabra? Viviendo con ella de manera congruente: no se puede decir y hacer lo contrario; no se puede proponer y no cumplir; no se puede emplear la palabra como un sonido hueco y engañoso.

Más allá del contacto directo y constante con los alumnos hay otros espacios y ámbitos para el ejercicio-aprendizaje de la palabra: la labor directa y personalizada de asesores de grupo con los alumnos y con la dirección, asambleas de grupo con asesores, asambleas de grupo con profesores, reuniones de representantes de grupo con la dirección. Contextos distintos; diferentes tonos, modos, expresiones y aprendizajes. En el Instituto Escuela nuestros alumnos tienen constantemente la palabra: en el patio, en la dirección, en el aula, con maestros, con trabajadores, con sus padres.

El uso de la palabra en el Instituto Escuela es algo que se aprende y que, a su vez, es esencial para aprender. Más allá de la comunicación, los alumnos deben aprender que la palabra se gana; hay momentos en que no se puede decir cualquier cosa y que, a veces, “cualquier cosa” entorpece, rompe, trivializa u ofende.

El uso de la palabra es fundamental para el razonamiento. El alumno que aprende, que ha asimilado conocimientos y los sabe expresar, es una persona que tiene mayores elementos para que, el día de mañana, tenga algo que decir y qué defender. No es importante sólo el decir y el cómo decir, sino también el qué decir y para qué.


La palabra necesaria para enseñar-aprender

En el Instituto Escuela estamos convencidos de que educamos para conocer y despertar el deseo de conocer como un fin en sí mismo, como un elemento importante para la vida y para la relación con el otro, lo que requiere del razonamiento, de la memoria, de la información, de la experimentación y de la reflexión como elementos centrales de la dimensión cognoscitiva. ¿Podría eso realizarse sin la palabra, sin que el alumno tuviera la posibilidad de aprenderla y usarla en todas sus dimensiones?

La palabra, en el contexto académico, no tiene solamente una función comunicativa, expresiva o informativa, sino que es fundamental para el desarrollo de una práctica educativa orientada a favorecer la asimilación de conocimientos, producto de la razón. En la escuela tenemos que usarla en ese sentido y hacer que nuestros alumnos aprendan a usarla de la misma forma; queremos formar alumnos capaces de dudar, de reconocer problemas, de expresarlos, analizarlos, de contrastar opiniones y tomar decisiones para elegir las mejores soluciones.

El ejercicio del razonamiento requiere de la participación del alumno; éste no puede ser un elemento pasivo que reduce al profesor a un mero transmisor de información, ni se puede pretender que sea el único elemento activo en el cual el profesor sea sólo un facilitador que arregla un ambiente esperando que los alumnos, por sí solos, desarrollen una actividad constructiva.

La labor formativa de la escuela, en la que no se puede disociar el saber, el saber hacer y el ser, requiere de profesores capaces de diseñar estrategias de enseñanza-aprendizaje que procuren la interacción de los educandos. El alumno no construye el conocimiento en solitario sino con la intervención de otros, en momentos y contextos particulares y es por eso que los profesores deben desarrollar estrategias que se adecuen a los niveles y grupos.

Una estrategia puede ser definida como un conjunto de actividades, que incluyen procedimientos, técnicas y recursos didácticos, para alcanzar un objetivo de conocimiento.

Para el desarrollo de las diversas asignaturas que forman parte del currículum de la secundaria y la preparatoria hay elementos teóricos y prácticos, cuyo ejemplo más evidente es el laboratorio. En todos los casos, el logro de objetivos de conocimiento se puede desglosar en dos aspectos:
Controlar la clase (condiciones, ambiente y reglas para la expresión, participación y diálogo para el aprendizaje).
Lograr que los alumnos desarrollen sus capacidades y adquieran los conocimientos y habilidades correspondientes a la materia.
En cuanto al control de clase, se debe partir del ejemplo, y de la consistencia y congruencia de las indicaciones y las peticiones. Se vale hacer uso de “tonos”, “niveles” y “términos” variados pero siempre en un marco de respeto, y de forma creciente. No resulta iniciar el contacto con un grupo de manera agresiva o amenazadora; de hecho, una llamada de atención en un tono fuerte debe ser el último recurso, pues si se abusa de eso pierde seriedad y no se genera el mejor ambiente para estimular el aprendizaje. La mejor manera de mantener la disciplina debe buscarse por el lado del interés en el tema y el desarrollo de las actividades, más que por el comportamiento en sí.

En cuanto a los contenidos, aunque el desarrollo de cada asignatura y tema tiene requerimientos metodológicos específicos, el diseño de la estrategia para lograr objetivos académicos depende, inicialmente, del tipo de grupo, tanto de su actitud como de su nivel académico y de comprensión; así que se requiere una planeación específica y particular, con recursos y actividades diversos para cada caso.

Algunas consideraciones indispensables para planear y diseñar las estrategias son:
Tener variedad de actividades, técnicas y recursos didácticos.
Hacer que el estudiante use su intelecto antes de sólo recibir información.
Haber relación en algún momento con el desarrollo de la confianza y/o el afecto.
Tener alternativas de acción o estar abiertos a modificar el proceso si se detecta que no va bien encaminado.
Tratando de hacer énfasis en lo anterior, es importante definir y seguir una secuencia:
La introducción al tema debe partir de lo que los estudiantes saben, lo cual se puede detectar por medio de preguntas, con una actividad, con una pequeña lectura sencilla y relativa al tema, o motivando la participación y discusión colectiva. Como puede apreciarse la palabra, en este caso del alumno, marca la pauta. El resto del desarrollo debe irse ligando con estos saberes previos, para que el alumno sienta que es fácil y que hay una lógica en lo que se está abordando.
Una serie de actividades (videos, ejercicios escritos, experimentos, lecturas, revisión de libros, lectura de imágenes), deben aportar más datos y ejemplos del tema, que se va desarrollando a través de clases dialogadas.
Al menos una actividad de clase o una tarea debe enfrentar al estudiante con el tema él solo, sin explicaciones, pues ahí es cuando surgen las dudas de lo que aparentemente quedó claro.
Pasado un tiempo, tras abordar otros temas, se retoma lo estudiado con un ejercicio o cualquier otra actividad, y ahí se refuerza o aclara lo trabajado.
Pese a lo anterior, es difícil que todos los contenidos queden igualmente firmes en todos los estudiantes. Pero esto puede afinarse si en la estrategia se tiene claro que los alumnos menos participativos deben ser estimulados y hasta “forzados” a involucrarse con actividades dirigidas especialmente a ellos.

La enseñanza-aprendizaje es un quehacer en el que el profesor es un personaje clave para diseñar, organizar, efectuar y evaluar estrategias de aprendizaje.

Sin embargo, a pesar de que hablamos de actividades organizadas eso no significa que haya recetas. Como ya se dijo, no todos los grupos son iguales ni las respuestas son las mismas en todos, por lo que el diseño de estrategias debe ser una actividad en cambio permanente.

En el IE un aspecto muy importante, que favorece la creatividad y el cambio y búsqueda de nuevas estrategias es la libertad de cátedra. Existe un profundo respeto por el docente, el cual se reconoce como una persona capaz de conocer bien a sus alumnos, conocedor de la materia que imparte, que sabe preparar estrategias y actividades, dirigir las actividades de los alumnos, evaluarlas y que se actualiza para innovar su quehacer.

Como las estrategias para trabajar con el conocimiento son elaboradas por profesores de diferentes asignaturas, realizamos varias reuniones para comentarlas y seleccionar algunas para reseñar en el presente documento. A continuación desglosaremos un ejemplo trabajado en 2º de secundaria.


Algunas estrategias: física, matemáticas, historia y formación cívica en segundo de secundaria

La sociedad ha cambiado y cambia de manera acelerada debido, en parte, al avance científico y tecnológico, hecho que se puede constatar en la historia, como por ejemplo, durante las llamadas revoluciones industriales.
A continuación mencionaremos algunas estrategias de enseñanza-aprendizaje, relacionadas con la primera revolución industrial y desarrolladas en varias asignaturas.

Física y matemáticas: movimiento y velocidad

El programa de Ciencias II (énfasis en Física) para el segundo de secundaria, maneja como tema del primer bloque “El movimiento”, el cual deriva al subtema “Relación desplazamiento – tiempo; conceptos de velocidad y rapidez” y “Representación gráfica posición – tiempo”

El objetivo es que los alumnos lleguen a la comprensión del fenómeno de velocidad y, que más tarde, puedan construir, ellos mismos, el modelo matemático (fórmula), relacionando la distancia o desplazamiento y el tiempo, con la rapidez o velocidad:

v = d/t v = d/t
Para alcanzar el propósito, los alumnos deben recordar y reafirmar el concepto matemático de proporcionalidad (directa e inversa), trabajado desde 1° de secundaria.

Como parte de la introducción y reafirmación matemática se hace con los alumnos ejercicios donde tabulen y grafiquen 2 ó 3 proporciones directas e indirectas o inversas.
Proporción directa:
Un carro consume 1.5 L de gasolina por cada 10 km. Construye una tabla que represente un viaje de 60 km y traza la gráfica correspondiente.


Gasolina (L)     1.5 3.0 4.5. 6.0 7.5 9.0
Distancia (km)  10  20  30   40  50  60

Gasolina (L)
Distancia (km)


Proporción indirecta o inversa:
Una llave tarda 60 minutos en llenar un recipiente de agua. ¿Cuánto tardarán en llenarlo 2 llaves echando cada una la misma cantidad de agua? ¿Y si tenemos 3, 4, 5, 6 o 10 llaves? Construye una tabla y grafica.



Llaves              1   3   4   5   6 10
Tiempo (min)  60 20 15 12  10 6

                        Llaves


Tiempo (min)


Al haber realizado los ejercicios, los alumnos tienen claro que en una proporción directa al incrementarse una magnitud, la otra también aumenta (aumenta una, aumenta la otra; disminuye una, disminuye la otra). Una proporción inversa, al incrementarse una magnitud, la otra disminuye y viceversa (aumenta una, disminuye la otra; disminuye una, la otra aumenta). Ahora, ya estamos en condiciones adecuadas para abordar el movimiento.

Pido a algún alumno que se pare a mi lado; los dos pegados a una pared empezaremos a caminar cuando otro alumno nos marque la salida; debemos llegar a la pared opuesta donde un tercer alumno se encargará de tomar los tiempos de uno y de otro. Repetimos varias veces el ejercicio (forzando que la velocidad de uno y de otro sea diferente).

Después de este ejercicio se cuestionó al grupo: ¿Lo hizo el alumno más rápido, porque la distancia que recorrió fue mayor, menor o igual? Yo lo hice más rápido ¿por qué? ¿Yo lo hice más lento, porque la distancia que recorrí fue mayor? ¿En este ejercicio, la distancia cambia? ¿Qué variable cambia? Los alumnos llegaron a la conclusión, que al permanecer la variable distancia constante, lo que se modificó es el tiempo.

Salimos al patio, donde varios alumnos recorrieron diferentes distancias, teniendo diversos resultados:
Recorrieron diferentes distancias con el mismo tiempo.
Recorrieron una distancia mayor en más tiempo.
Recorrieron una distancia menor en menos tiempo.
Recorrieron una misma distancia en diferentes tiempos.

Con las anotaciones se retomó en clase la discusión de los resultados a partir de las siguientes preguntas:
a) ¿Quién fue más rápido? ¿Por qué?
b) ¿Quién fue más lento? ¿Por qué?
c) ¿Cambió la distancia?
d) ¿Cambió el tiempo?
Los alumnos concluyeron, que permaneciendo la distancia constante, a mayor tiempo empleado para recorrerla, menor rapidez y viceversa (proporción inversa).
Concluyen también, que al recorrer mayor distancia en un mismo tiempo, la rapidez es mayor; y al recorrer menor distancia en un mismo tiempo, la velocidad es menor. (proporción directa).

Finalmente, ya asimilado que el tiempo es inversamente proporcional a la velocidad, y la distancia es directamente proporcional a la velocidad, establecen la fórmula (modelo matemático): V = d / t.
Se formalizan las conclusiones en el cuaderno.

Historia: revolución industrial

Como parte de la introducción: se realizó una encuesta acerca de cómo emplean el tiempo libre y cuánto tiempo dedican al trabajo los integrantes de las familias de los alumnos del grupo. Se juntaron los datos de todas las familias en una tabla general y se pidió que, por parejas, obtuvieran promedios de tiempo diferenciando hombres, mujeres y adolescentes. Se les pidió que analizaran los datos y redactaran conclusiones. Al comentar las conclusiones en clase, se hizo énfasis en el significado que tiene el tiempo en nuestra sociedad, como un antecedente importante para construir, posteriormente, los conceptos de tiempo de trabajo, salario, explotación.

También como parte de la introducción: se planteó una discusión grupal en torno al término Revolución con el objetivo de precisar el concepto y por qué hubo una llamada industrial. Las conclusiones se anotaron en el cuaderno.

Al tener claro el concepto Revolución Industrial se le pidió al grupo que pensara qué consecuencias pudo generar en el ámbito social y económico; para eso es necesario retomar cómo era la sociedad del antiguo régimen. Los alumnos participan y se dirige la discusión para entender y concluir acerca de conceptos y hechos como: transformación de la familia, el trabajo en las fábricas, la transformación del comercio, de los transportes, del capital, de la burguesía, de los trabajadores. Se retoma la importancia del trabajo en función del tiempo explorado en la primera encuesta. Se refuerza esta noción con una lectura acerca del origen y evolución del reloj.

Se realizó una actividad para profundizar las consecuencias sociales de la revolución industrial. Los alumnos leyeron dos textos acerca del trabajo en las fábricas, uno de Marx y Engels y otro de Andrew Ure promotor y defensor del sistema fabril de la época. Son textos que plantean situaciones contrarias acerca de los obreros y el trabajo en las fábricas. El ejercicio permitió:
Que entendieran lo que plantea cada autor para relacionarlo con las consecuencias mencionadas.
Que identificaran cómo acerca de cualquier hecho puede haber visiones distintas y contrarias y que por ello es fundamental distinguir opiniones subjetivas de hechos concretos, esencial para formar criterios que permitan diferenciar tipos de información.
Que se exploraran consideraciones de género y de la familia a partir del trabajo femenino.
La actividad es individual, la discusión y las conclusiones grupal. La palabra es de todos.

Se realizaron otras actividades para profundizar las consecuencias económicas y tecnológicas, y para hacer evidente la vinculación de éstas con hechos políticos concretos (antecedente importante para trabajar después con el imperialismo de fines del s.XIX). La actividad se realizó en la biblioteca donde los alumnos podían trabajar coordinados por mesas (de 3 a 4 personas) aunque los resultados debían anotarse de manera individual en el cuaderno.
Una actividad consistió en que los alumnos exploraran el tipo de vínculos comerciales que tenía Inglaterra con Asia, especialmente con India y que concluyeran qué relación tuvo con la Revolución Industrial.
Otra actividad planteó el análisis de las relaciones comerciales entre China e Inglaterra. Se partió de varias cartas y opiniones de la época pidiéndole a los alumnos que investigaran acerca del comercio, del opio y de los gobernantes para llegar a la Guerra del Opio. El objetivo es que pudieran expresar causas y consecuencias.
Otra actividad consistió en explorar las rutas comerciales inglesas, considerando sus colonias y productos. En un planisferio tenían que identificar puertos y rutas, además de calcular tiempos y distancias en los diferentes transportes de la época. Este ejercicio se conecta con los conceptos físicos de velocidad, proporcionalidad y eficiencia. A manera de hipótesis se les pidió que plantearan cómo se puede disminuir el tiempo en las rutas si se plantea el envío de mercancías a todo el mundo.
Una vez terminada la investigación se retomaron las respuestas en grupo y se completaron en el cuaderno.

Se obtuvieron conclusiones acerca de la relación ciencia-tecnología y su impacto en la sociedad. Esto también permitió hablar de otros aspectos como la contaminación y el calentamiento global.

Se retomaron las hipótesis de las rutas de comercio que los alumnos trazaron en sus planisferios y las argumentaron. Se exploraron las posibilidades de reducir tiempo y costo, y con ello se dio pie a trabajar con los canales de Panamá y Suez.

Formación cívica y ética: sociedad de consumo

Al mismo tiempo se ha trabajado el concepto de sociedad de consumo a partir de la siguiente estrategia:

Como antecedente o introducción, se pidió a cada alumno que viera un canal de televisión varias tardes y que escuchara alguna estación de radio, con el objetivo de calcular cuántos y qué tipo de anuncios comerciales hay en cada sección. Se procuró que se cubrieran varias estaciones y canales de televisión abierta. En cada caso, registraron el tipo de programa y los anuncios: tipo y duración.

Se hicieron equipos de 2 ó 3 personas.

Cada equipo llevó a clase un periódico y una revista.

El periódico y la revista se trabajaron por secciones, con el objetivo de identificar qué se anuncia y el tipo de anuncios que hay en cada sección.

Se juntó la información de los distintos medios y se organizó en cartulinas. Cada equipo redactó sus conclusiones en torno a la publicidad identificada y se compartió en el grupo. Se anotaron las conclusiones en el cuaderno.

Se retomó en clase el concepto de sociedad y la diferencia entre consumo y consumismo. Se planteó una discusión para precisar el objetivo de la invasión publicitaria para reconocer los elementos de la sociedad de consumo.

Se concluyó acerca de las consecuencias éticas, económicas y de salud que trae el dejarse atrapar, sin reflexionar, por los mensajes publicitarios de la sociedad de consumo. Se vincularon las conclusiones al tipo de producción que se desarrolló a partir de la Revolución industrial. Se anotaron en el cuaderno conceptos y conclusiones.


La síntesis y la capacidad de extraer una idea esencial, habilidades que los alumnos deben tener y ejercitar en cualquier asignatura y que los profesores emplean en muchas estrategias, se ha vuelto un problema en los tiempos actuales de “copy-paste”. En repetidas ocasiones los profesores nos hemos quejado de que los alumnos copiaban textualmente palabras y párrafos para elaborar síntesis o resúmenes; sin embargo, con los modernos recursos electrónicos ahora copian y pegan de Internet sin tener, siquiera, la necesidad de leer. Actualmente, todo está en la Red, y eso implica que, como profesores, tenemos que buscar nuevas maneras de hacer que los alumnos elaboren síntesis propias. Compartimos, en un anexo de formato electrónico, algunos ejemplos de actividades realizadas por los alumnos para lograr síntesis propias, orientados por profesores de distintas asignaturas.


Recuperación de estrategias

Si se retoman los ejemplos mencionados se pueden definir dos estrategias generales de enseñanza-aprendizaje para trabajar el conocimiento de manera razonada: una que podríamos llamar de procedimiento inductivo y otra de procedimiento deductivo. En la primera se parte de casos concretos, datos o hechos empíricamente identificables, para lograr que el alumno, a través de agrupar, clasificar, observar, interrelacionar, comparar, generalizar, sintetizar, concluir y expresar, llegue a un concepto general; es el caso de Física con el concepto de velocidad y de Formación Cívica y Ética con la noción de sociedad de consumo. Una vez que se comprende el concepto, se formaliza y se puede ejercitar y profundizar hasta donde el nivel del grupo lo permita y el profesor considere.

La segunda estrategia no parte de casos concretos sino de un problema o concepto general para analizar sus consecuencias, o para aplicarlo y resolver situaciones específicas. Lo hemos definido como procedimiento deductivo ya que parte de nociones generales o más abstractas para analizar aplicaciones o casos singulares, lo que requiere del alumno habilidades como reconocer, asociar, comparar, clasificar, analizar, aplicar, buscar, investigar, resolver, concluir, sintetizar y expresar; es el caso de Física cuando se trabaja con problemas, o el de Historia que parte del concepto de revolución industrial.

En todas las estrategias se trata de que el alumno a partir de datos concretos expresados con palabras precisas, observaciones, información o conceptos abstractos, pueda hacer inferencias para construir nuevo conocimiento.

Es importante, en cualquier caso, que existan momentos de redacción de conclusiones, de síntesis o de asentar y hasta mecanizar procedimientos y conocimientos con apoyo del cuaderno para que el alumno pueda retomarlos. En el IE, cada vez hacemos más énfasis en la importancia de tener un cuaderno ordenado que refleje el avance del curso, con los apuntes, ejercicios, tareas, lecturas o conclusiones que se trabajen.

Una estrategia no se limita a la aplicación de una técnica o recurso, como usar la computadora, manejar material audiovisual o hacer una encuesta. Esos recursos le permiten al alumno hacer y aprender a saber hacer, pero siempre en función de una meta de conocimiento específica.

Ya hemos mencionado que para todas las asignaturas es muy importante el uso correcto del lenguaje en sus variadas funciones, tanto de forma oral como escrita (la ortografía y la redacción son importantes en todas las materias). Cada disciplina, además, tiene conceptos, términos y expresiones propias que es importante que el alumno aprenda; sin duda, su asimilación le dará otras posibilidades de desarrollo, de comunicación y de expresión a futuro.

Independientemente de la estrategia que se utilice, hay datos y conocimientos que el alumno tendrá que memorizar para poder construir otros conocimientos o resolver problemas. Eso no significa que deba hacerlo siempre o que sea el único recurso.

Con el desarrollo de estrategias de enseñanza-aprendizaje del conocimiento razonado, el alumno aprende a hacer, a partir del saber, pero también a ser.
El desarrollo de las estrategias depende de la interacción maestro-alumno y alumno-alumno. Si no existen condiciones que garanticen el respeto y que afirmen la confianza y seguridad de los alumnos, el proceso mismo de aprendizaje se verá truncado. No se puede aprender en un ambiente donde el diálogo, la libre expresión, el respeto, la comunicación directa y el derecho a equivocarse no existan.
El profesor es el principal responsable de garantizar un ambiente en clase libre de agresiones, prejuicios o burlas.

Así como la aproximación que se hace para resolver un problema de física o para entender el sentido de los hechos del pasado, requieren de la comprensión del problema o situación y sus elementos para buscar una solución, resolver un conflicto entre compañeros en el aula precisa reconocer el problema, conocer qué dicen las partes, analizar la actuación de cada uno y buscar una solución. Ambas situaciones, al igual que cualquiera imaginable, producen un aprendizaje; ambas situaciones requieren de la palabra y de que todos los involucrados la usen de manera adecuada, creativa y pertinente.

Colectivo del Instituto Escuela.