EL NEGRO

Gonzalo Guajardo González

Abril 2021

Querétaro, Qro.


Trabajo pa comé, huyo de agresione y gozo el mundo. Así vivo bie y vo a mori en paj. ¿Pa qué me hago bolaj? ¿O cómo usté se esplica que yo siga vivo? De’de nene tuve harto poblema, poque so negru. Anque Álvaro e mi apelativo, to’o me dicenegru”. So de la Cota Chica de Guerrero, de Cuajinicuilapa; so mexicano, pue; pero he tenío dificultade con la polecía, ha’ta pa salí de allá; decían qu’era de Cuba, o así; ha’ta me hacían cantá l’hino nacioná. De allí noj juimo al pueto de Velacrú: pa que mi pa bu’cara ondi podé trabajá. Pero de’pué di’un tiempo, yo me salí del pueto y me desvié pa Querétaro, poque l’umedá y l’arena me tiraban re’feo en cama. Por eso tuve qu’interrumpí mij’etudio, y sólo hice la primalia. Anque me habían dicho que aquí había ma’ejcuela, mi padrej no me podían mantené de’de Veracru. Ni pa mi’hermanitoj lej alcanzaba.



Po no tené’studio, no jayaba chamba. Una agencia de viaje me contlató poque conocía yo Oaxaca y Velacrú, y podía olientá a lo turi’ta. Me fue bien y era mu bu’cado po lo cliente. Pelo no sé qué ploblema tenía l’agencia, poque’l dueño mulió sin hacé te’tamento, y tenía mucha deudaj; así que cerró.


Tons, jayé un negocio de pantalone, pero sólo duré cuatro año y me fui a buscá otla cosa. Siemple quise se soldao, po lo que fui al campo militá; me hicieron mucha prueba, pelo finamente no me almitiero, poque ya ejtaba viejo, dijero. Una amiga me aconsejó ime a un crucelo, dondi’hay mucho tlánsitu pa limpiá palabrisa de lo coche. Ya vo pa seis’año en ese lugá y me ha gustao mucho.


Ahola, tal ve poque lo cliente me ven neglo, me bucan. Me pasa lo contalio a oto lugare de ante, onde siempre me desplecialon po mi coló, igual que hacían lo soldao en la Cota Chica de Guerrero, mi tierra (siemple que había poblema en el país, iban allá a llevase a alguno neglo a la cácel). Lo compañelo del crucelo onde limpio vidrio, plimelu me veían con de’confianza y hata con coraje; crían que lo quelía sacá del lugá, pelo poco a poco me jui ganando su confianza. Cuando le dije que tengo 65 año d’edá, se dielon cuenta que no so aglesivo. Entendieron que l’único que bu’co é ganame con honladé el pan y hacele un selvicio a la sociedá; no robo ni so pelionelo ni hago a nadien daño, anque la gente me vea al plincipio con malo’ojo; a contra, no dejo que lo maltlaten ni insulten. Me acueldo de cuando no me amitielon en el ejélcito, pelo me dielon tlabajo de gualdia.


Ora, hajta la’muchacha me bujca; vece que vienen varia junta y nomá de lejo se me quedan viendo, con risita entl’ella; vece vienen sola, una por una. La’ veo y no hago caso, pa no tené ploblema. Hace año, cuando llegué aquí, me gutaba mucho una y comencé a bucala. Tovía era joven yo y le daba de’confianza a su paliente, poque había aquí poco neglo (ora hay má, pelo tovía naiden no’quele). Vinielon con machete y me coletialon, pelo uno vecino me dielo casa a que me metiela y mucha’hora me quedé mu quedito ha’ta que se fuelo. Dende’ntons, nunca he tenío una muje ni una novia. Puedo bien viví sin ella.


Onde vivo, rento mi cualto a un señó. Hago mi cama y aleglo el cualto, barro, hago mi comida, lavo mi lopa y oigo ladio. A vece, el que me lenta el cualto, me invita a que cocinemo junto, y é cuando puedo platicá con alguien. Anque a vece tambén vo a ve a mi do’hermano al pueto.

Siemple me plotegen mi diose de la Yoruba, sobre todo cuando le danzo fulani. E poque le hago alguno rito y le’ofrezco una gallinita que de’cabezo. A vece me siento mu tliste, y mi’acueldo de eso monte a lo que subía cuando joven, y depué me metía al río. Me dan gana de llorá y lejhablo a mi diose, y siento que’stoy calientito, bajo el cielo que me vio nacé y clecé.

Ya me sé cuánto talda un semáfolo pa’ pasá de rojo a velde. Siemple ando con mi e’ponja y un limpiadol, pa’ dejale a lo coche su vidlio sin mancha; me guta ve’ que lo train to’o cochino, y que se van limpio, pa que no tengan un acidente. Y si ante no me dejaban ni que me le’acecala, ora ha’ta me bu’can y me piden que limpie su vidrio. Ante s’iban sin dame un centavo y ni la glacia; hoy, a vece ha’ta me dan billete glande.